Se encuentra usted aquí

Cesta de la compra

Su cesta de la compra esta vacía

El estalinismo en España. El asesinato de Andreu Nin

Mar, 01/01/2002 - 00:00
Nin

¿Quién fue Andreu Nin?

Andreu Nin nació en 1882 en El Vendrell (Tarragona). Llegó a Barcelona en 1914 donde se ganó la vida en el campo del periodismo colaborando en varios periódicos y revistas. Al mismo tiempo comenzó a participar en las actividades políticas y sindicales. Se integró en la CNT, sindicato anarcosindicalista que por entonces controlaba la gran mayoría del movimiento obrero catalán, donde preconizó, frente a la reticencia del sector anarquista, la adhesión de la organización a la III Internacional creada a raiz de la revolución rusa de 1917.

Permaneció nueve años en Moscú, de 1921 a 1930, donde su vida estuvo ligada a la Internacional Sindical Roja (ISR). Se relacionó con Salomon Lozovsky y con Mijail Tomsky, secretario de los Sindicatos Rusos así como con Lenin, Trotsky, Bujarin y Zinoviev. Allí se casó con una joven militante bolchevique rusa, Olga Tareeva, y tuvo dos hijas, Irina y Nora. Hablaba y escribía con fluidez en ruso y era un admirador de los clásicos literarios del país. Le gustaban los bailes, la música, las canciones y la poesía popular rusa. La actividad de Nin en la ISR se desarrolló sin problemas hasta 1924. Pero al declararse partidario de la oposición de izquierda liderada por Trotsky fue expulsado de la URSS cuando este sector es liquidado.

Andreu Nin en su despacho en Moscú, hacia el año 1929

De regreso a España se ganó la vida como traductor al catalán y al castellano de clásicos rusos como Tolstoi, Dostoievsky, Turgueniev y Chejov. Es autor de varias obras teóricas, las más importantes, escritas en catalán son Les dictadures dels nostres dies, un análisis del fascismo y de las formas del capitalismo de su tiempo y Els moviments d'emancipació nacional, en el que se estudian y critican las distintas posiciones de los clásicos del marxismo y de las principales corrientes del movimiento obrero ante el problema de las nacionalidades. En Barcelona en seguida criticó la deriva estalinista en la Unión Soviética. Creó Izquierda Comunista, sección española de la Oposición de Izquierda Internacional liderada por Trotsky. Posteriormente participó en la creación del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), tras romper con las posiciones de Trotsky.

Cuando se produce el alzamiento militar en junio de 1936 se convirtió en el máximo dirigente de este partido. Fue nombrado consejero de Justicia del Consell de la Generalitat de Catalunya. En agosto de 1936, al llegar a España las primeras noticias de la nueva ola represiva que tenía lugar en Moscú, se solidarizó con la vieja guardia bolchevique lo que marcó el comienzo de la ofensiva estalinista contra Nin y el POUM. Fue excluido del Consell de la Generalitat bajo la presión del PCE y del PSUC. El 16 de junio de 1937, tras los sucesos de mayo de Barcelona en los que participó el POUM, fue secuestrado y asesinado días más tarde por agentes de la NKVD a las órdenes de Alexander Orlov.

Los sucesos de mayo de 1937 en Barcelona

Para entender los sucesos que tuvieron lugar en Barcelona en mayo de 1937 en plena guerra civil española hay que analizar los antecedentes y las posiciones de las fuerzas políticas que luchaban en el bando republicano.

Ante el alzamiento militar de julio de 1936 se formaron dos grandes bandos dentro de la República, por un lado los partidos burgueses republicanos y junto a ellos la mayor parte de los socialistas (PSOE), el sindicato UGT y los comunistas ortodoxos (PSUC en Cataluña y PCE en el resto de España). En aquel tiempo Stalin preconizaba la alianza de los partidos obreros con la pequeña burguesía. Estos sectores pensaban que todo debía subordinarse al esfuerzo para ganar la guerra. Por ello consideraban que había que imponer la disciplina a toda costa y crear un ejército eficaz que pudiera hacer frente a la sublevación militar. Preconizaban la disolución de las milicias que cada partido y sindicato había creado en los primeros meses de la guerra. Su política chocó frontalmente con la de los anarquistas agrupados en la CNT y en la FAI y con los comunistas de izquierda del POUM. Este sector, cuya mayor fuerza estaba en Cataluña, pensaba que había que hacer la revolución al tiempo que se luchaba contra la sublevación militar y que, con el pretexto de imponer la disciplina para ganar la guerra, lo que se pretendía era acabar con la revolución. Por ello defendían el control de los trabajadores de la producción, las colectividades en el campo y las milicias obreras. El intento por parte de los comunistas y socialistas, aliados con los partidos republicanos burgueses, de hacerse con el control del poder en detrimento de las milicias obreras provocó, sobre todo en Cataluña donde el sindicato anarcosindicalista CNT tenía una gran fuerza, la resistencia de este sector que acabó en enfrentamiento armado en las calles de Barcelona cuando en mayo de 1937 el gobierno apoyado por los comunistas quiso tomar el control de la central telefónica en manos de las milicias de la CNT. Los anarquistas y el POUM apoyaron la lucha de barricadas en las calles. Al final la revuelta fue sofocada y los comunistas, poco a poco, respaldados por la Unión Soviética, el único país que prestó ayuda militar efectiva a la república, se fueron haciendo con el control de la situación. Los sucesos de mayo del 37 en los que estuvo presente el POUM y el hecho de que este partido fuera el único que denunció en España los procesos de Moscú, hizo que la represión se cebara en ellos, el POUM fue ilegalizado siendo encarcelados gran parte de sus dirigentes. Poco a poco fueron llegando consejeros de Moscú para dirigir en España su particular lucha contra el trotskismo.

La operación Nikolái

En este contexto surge la “operación Nikolai” con la que se denominó el secuestro y posterior asesinato de Andreu Nin, máximo dirigente del POUM.

En un documento enviado a Moscú, Erno Gerö (húngaro delegado de la internacional comunista y consejero del PSUC) analiza los sucesos de mayo de 1937 y afirma que el papel decisivo en los enfrentamientos lo tuvo el POUM al que denomina trotskista (a pesar de que este partido se había desvinculado de las tesis de Trotsky) afirmando que en realidad se trataba de agentes fascistas. Por su parte Alexander Orlov, agente de la NKVD enviado a España, para corroborar las acusaciones, organiza falsas pruebas para involucrar al POUM en una red de espionaje franquista que había sido desmantelada por los servicios secretos de la república.

El Director General de Seguridad, el comunista Antonio Ortega ante las “pruebas presentadas” ordenó detener a los dirigentes del POUM. El 16 de junio Andreu Nin es detenido en Barcelona por policías de la Brigada Especial de Madrid y lo trasladan a la prisión de Alcalá de Henares. Allí es interrogado varias veces, posteriormente se le saca de la prisión y se le conduce a un chalet cercano donde se le trata de arrancar una confesión mediante torturas, el objetivo era obtener algo que permitiera justificar la represión contra el POUM. Al no lograr su propósito es asesinado.

Del documental “Operación Nikolai”

Archivos de la NKVD comprados por la televisión catalana en la época de la Perestroika permitieron precisar que Andreu Nin fue asesinado entre el 21 y el 24 de julio de 1937. Los documentos corroboran la versión que ya habían puesto en circulación los propios militantes del POUM aunque entonces no se conocieran los nombres de los asesinos. En 1992, la televisión catalana proyectó “Operación Nikolai”, un documental de Maria Dolors Genovés, en el que se da cuenta de una carta de Alexander Orlov a sus superiores el 24 de julio en la que cita los nombres que estuvieron presentes en el asesinato: Orlov, Yusik (pseudónimo de José Escoy, brasileño y agente de NKVD), el húngaro Ernst Gerö (delegado de la Internacional Comunista y consejero del PSUC) y tres españoles. José Escoy fue el autor de un texto falsificado en el que se intentó mezclar al POUM con la Falange. Posteriormente, Alexander Orlov fue llamado en 1938 a Moscú y temiendo por su vida huyó a Estados Unidos con su esposa e hijos. Recordemos que muchos de los consejeros políticos, militares, diplomáticos y policías soviéticos que estuvieron en España, como el cónsul en Barcelona Antonov-Ovseenko, el embajador Rosenberg, los generales Goriev o Berzin, fueron ejecutados a su regreso de la URSS.

Tras el asesinato de Nin, se puso en circulación el rumor de que había sido liberado por agentes alemanes de la Gestapo. George Orwell, relata estos hechos en su libro Homenaje a Cataluña. El escritor inglés estuvo luchando en el frente en una columna integrada por militantes del POUM y cuenta en su libro la terrible experiencia de contemplar como mientras ellos luchaban contra los militares franquistas sublevados, los dirigentes de su partido eran perseguidos y encarcelados en la retaguardia acusados de fascistas. Los días siguientes a su desaparición se pudo leer en los muros de Barcelona pintadas con la pregunta: ¿Dónde está Nin? A esta pregunta los estalinistas pusieron en circulación una calumniosa respuesta: en Salamanca o en Berlín. (La sede del gobierno franquista y la capital de la Alemania nazi, respectivamente).

El reportaje de la televisión catalana confirmó lo que todos sospechaban, Andreu Nin no acabó en Salamanca o Berlín, está enterrado en una cuneta en los alrededores de Alcalá de Henares.

Con estas acusaciones se preparó un proceso contra la dirección del POUM. Este se llevó a cabo en octubre de 1938. En el tribunal denominado Tribunal Central Especial de espionaje y Alta Traición comparecieron los principales dirigentes del partido. Destacados dirigentes socialistas como Largo Caballero y anarquistas como Federica Montseny rechazaron las acusaciones del fiscal que acusaba al POUM de ser un partido fascista. El tribunal al final rechazó las burdas acusaciones de espionaje y de convivencia con los fascistas pero condenó a varios dirigentes por su actuación en las jornadas de mayo de 1937. El proceso fue un fiel reflejo de las purgas stalinianas para lo que se contó con la complicidad de los dirigentes comunistas locales. George Orwell en su libro afirma que nunca oyó en el frente a ningún militante del PSUC acusar a los miembros del POUM de convivencia con el enemigo, allí todos luchaban codo con codo. Fueron algunos dirigentes del PCE y del PSUC, influenciados por los consejeros soviéticos de la época, los que se convirtieron en instrumentos de la represión stalinista en España. En 1989 el PSUC, a través de su periódico Treball hizo una declaración en la que, a expensas de las diferentes interpretaciones que se pudieran hacer de los sucesos de mayo de 1937, rectifican cualquier calumnia que hubiera podido aparecer en sus órganos de expresión acerca de Andreu Nin y del POUM.

Libros de ocasión y nuevos, con una sección de libros relacionados con Rusia y otra con libros en ruso y bilingües.
***************************************