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El “Bilbao” de los Urales

Vie, 25/02/2011 - 00:00
Vladimir Anselm. Craneo; Grupo Narices Azules. Suprematismo gastronómico.

A ARCO-2011 ha venido gente del Museo del Arte Contemporáneo de Perm. Voy corriendo a conocerles...

Un fenómeno especial es el Museo del Arte Contemporáneo de Perm. Perm es una ciudad en el centro de los Urales, situada junto a un río que se llama Kama. El museo surgió en 2009 y se convirtió en Rusia casi en una estrella mediática. Esto es así porque ese museo es una pieza clave en un gran proyecto, o más bien un experimento. A saber: se elige una ciudad provinciana, se hace que la vida artística empiece a hervír en ella y este torbellino involucra a toda la ciudad. La vida en el conjunto de la ciudad se hace mejor y más alegre. Además, según la idea de los promotores, provoca efectos económicos positivos: se atraen inversiones. El ideólogo del proyecto es Marat Guelman, galerista y político de Moscú, que se hizo director del museo, una especie de "paracaidista" lanzado en Perm que no obstante encontró allí un terreno apropiado y gente muy dispuesta.

Tal vez muchas ciudades rusas tiene base suficiente para convertirse en un centro cultural válido por sí mismo (aunque hay que tener en cuanta un aforismo sagaz: “Cuanto más cerca se encuentra una ciudad de Moscú, más provinciana es ella”). Pero ¿es posible que surja un polo cultural en una ciudad provinciana existiendo una rígida centralización política o resulta una utopía? No lo sé, igual sí que es posible.

Con toda la riqueza cultural histórica de Perm –una región de antiguas fábricas, con un río navegable, con leyendas propias, etc.– se apuesta precisamente por el arte actual, por los artistas vivos. A propósito, en España hay ciudades pequeñas con mucho patrimonio cultural que van despoblándose. La administración pretende lanzar al anzuelo de este patrimonio para atraer a turistas convirtiendo a los habitantes de estas ciudades en personal de servicio a ese turismo. No afirmo que la creación de espacios de arte actual pueda cambiar la economía local, pero muy probablemente sí el estado de ánimo de la población local. En España tenemos el ejemplo de Cuenca: si no hubiera sido por la afluencia de los artistas y la creación de museos del arte contemporáneo, Cuenca, con sus “casas colgantes”, hubiera sido sólo una postal.

Los de Perm no saben mucho de Cuenca y se comparan con Bilbao, la ciudad a la que, según opinan, el Museo de Guggenheim dio una nueva vida. En efecto, por el número de habitantes y por su tradición industrial, Perm se asemeja a Bilbao. De hecho, la idea principal fue hacer el museo de Perm también como parte de Guggenheim. “Se negoció, pero se trataba de mucho dinero, y decidimos que lo haríamos a nuestro aire", – me comenta Mijaíl Surkov, vice-director del museo de Perm.

Para trasformar una ciudad por medio del arte existe un obstáculo, y es la postura escéptica de mucha gente hacia el arte contemporáneo. También aquí en España uno puede fácilmente oír sobre ARCO: "basura", "tomadura de pelo", "no es arte". Mientras que sobre la situación rusa Marat Guelman dijo lo siguiente (puede leerse en la página web del museo):

"A lo largo de los años 90 entre el público y el arte contemporáneo creció un muro de no-entendimiento. Y este muro no se ha hecho más bajo en nuestros días. A pesar de que el arte contemporáneo ha llamado la atención y ha salido al espacio público, sigue sin tener apoyo social, en cambio tiene detractores los cuales sí que gozan de apoyo social. Creo que esto ocurrió porque en Rusia en el ámbito del arte contemporáneo no había ninguna institución que se ocupara de un desarrollo de la comunicación con la sociedad, que trabajara con el público. Eso no se puede exigir a los artistas o a las galerías. La formación de un ambiente social propicio alrededor del arte contemporáneo es la misión de un museo".

Foto del catálogo "Pobre ruso". Olga y Alexander Florensky. Esqueleto de un armadillo.
Miquel Aparici.

La primera exposición del flamante museo se llamaba “Ruso pobre” (se refiere al arte ruso pobre). Se trata de obras hechas de materiales cotidianos, que hubiera podido encontrarse en la basura. No es ningún descubrimiento especial, de este tipo de obras hay de sobra en el arte internacional. Compárese por ejemplo la obra de O. y A. Florenski de la exposición de Perm y la obra de Miquel Aparici de la feria ArtMadrid paralela a ARCO, por no hablar de la Fundación Antonio Pérez en Cuenca repleta de los "objetos encontrados". Pero la peculiaridad del arte "pobre ruso", según los organizadores de la exposición, es que no es una corriente artística, sino algo que caracteriza a la expresión artística rusa en general.

"Lo pobre resultó ser una clave muy clara para entender nuestro arte", escribió en el catálogo Marat Guelman, que fue comisario de esta primera y clave exposición.

Por ahora el museo muestra exposiciones temporales, pero una vez reconstruido su edificio (una ex estación fluvial) va a contar con una exposición permanente de obras de "Ruso pobre", de un archivo del Conceptualismo Moscovita y otras cosas.

“Habitualmente los museos no viajan a las ferias internacionales de arte, hay otras formas de interacción entre museos –dice Mijaíl Surkov, vice director del museo de Perm–. Pero como estamos en el año Rusia/España y se lleva a cabo este intento de establecer contactos, hemos venido. En particular, la exposición “Ruso pobre” la vamos a presentar desde el 15 de julio en Milán y nos gustaría llevarla a algún lugar más, probablemente en España. Y ya tenemos propuestas, ahora al volver a Perm vamos a discutirlas…”

Le pregunto si hay otras ciudades rusas que sigan el ejemplo de Perm. “Queremos no solo promover Perm, sino tener lazos con otros territorios y desarrollar proyectos conjuntos. Este programa conjunto se llama “La alianza cultural”. Queremos que la vida cultural intensa sea posible no solo en Moscú y San Petersburgo. Que no ocurra que sales de Moscú, y la vida cultural brilla por su ausencia. No debería ser así”.

G.L.

Libros de ocasión y nuevos, con una sección de libros relacionados con Rusia y otra con libros en ruso y bilingües.
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