¿Cómo tiene que ser un buen manual?
Un buen material didáctico debe estar centrado en el alumno y debe elaborarse teniendo en cuenta sus necesidades. Debe hacer que aprender algo sea más fácil y que atraiga la atención y el interés del alumno haciéndole implicarse en el trabajo que se le plantea. En cuanto al trabajo que se plantea, debe ser un trabajo interactivo. Muchas veces practicando ciertos contenidos el alumno se implica en esa práctica y aprende sin darse cuenta. Los componentes fundamentales de cada nivel son: el libro del alumno, el cuaderno de ejercicios para el alumno y la guía didáctica que va destinada al profesor, en ella se le indica al profesor qué debe hacer para obtener un mayor beneficio de las actividades del libro del alumno. Además se puede proporcionar un libro electrónico que permite beneficiarse de las nuevas tecnologías y complementar el contenido del libro del alumno.
En los últimos tiempos se habla de dar un enfoque comunicativo a la enseñanza de la lengua ¿Qué opinas de este enfoque?
Tradicionalmente se ha separado lo que es la enseñanza de la gramática por un lado, el vocabulario por otro, la fonética por otro; en realidad cuando nos comunicamos se utilizan de forma integrada esos contenidos, por lo tanto es más didáctico tratarlos de forma conjunta. Se pueden introducir por separado pero, a partir de un cierto momento de la secuencia didáctica, es conveniente integrarlos. Lo cierto es que la función básica de la lengua es la comunicación, la utilizamos como una herramienta para ello y esa comunicación se realiza apoyándonos en unas destrezas lingüísticas, que nos permiten entender cuando escuchamos, poder hablar, poder escribir, etc. El desarrollo de esas destrezas va a ser esencial y sin practicarlas en clase es muy difícil hacer un uso efectivo de ellas y lograr un cierto grado de automatismo lingüístico.
¿Cómo influye la psicología del alumno en el aprendizaje? ¿Cómo se puede superar el miedo al ridículo de cometer errores?
En clase hay alumnos que no están seguros de que van a expresarse correctamente y prefieren no hablar, otros hacen precisamente lo contrario. Es mejor hablar aún cometiendo errores que no hablar. El aprendizaje y sobre todo la automatización se producen a través de la práctica.
¿Cómo hay que corregir los errores?
Es importante concebir el error como una fuente de información para darse cuenta de aquello que se debe corregir. Aplicado a la clase de idiomas tiene el mismo sentido que en la vida real, yo por ejemplo si hago una cosa mal y no me doy cuenta, no voy a hacer nada por mejorar ese comportamiento. Hay dos pasos en la labor del profesor, primero mostrar el error y luego ver cómo se corrige ese error. Hay distintas técnicas, siempre por supuesto tratando de no perjudicar al alumno, teniendo en cuenta su psicología personal porque no todos los alumnos son iguales. Unas veces cuando tú le muestras el error al alumno, este es capaz de autocorregirse, mientras que en otros casos el profesor debe sonsacar o mostrar la información correctora. El error no debe verse como algo sancionador, que pueda frustrar al alumno sino que forma parte del proceso de aprendizaje de la lengua.
¿Cómo influye la motivación en el aprendizaje de un idioma?
Es uno de los factores básicos a la hora de aprender una lengua extranjera. Si estoy motivado en clase mi rendimiento es mayor, voy a practicar más y voy a aprender más. Yo por ejemplo puedo practicar algunas actividades como el ejercicio físico porque me benefician, no porque me gustan. Si me gustaran sería ideal, las practicaría y disfrutaría con ellas. Las hago porque tengo una motivación suficiente, sé que me benefician, yo noto esos beneficios.