Una de sus obras se presentó en un teatro clave de Moscú, “Sovremennik”, empezó a ir mucho al extranjero, más tarde tuvo una beca en Alemania y desde aquel entonces mantiene relaciones especiales con este país. Sin embargo no sólo no se ha trasladado a Moscú (que es una práctica habitual cuando uno de repente obtiene éxito) sino ha desarrollado actividades frenéticas al apoyo del teatro y literatura en Ekaterinburg, para atraer a los jóvenes. Y eso en los tiempos cuando precisamente han empezado a salir al primer plano los valores muy diferentes de lo de trabajar en teatro o escribir relatos... Se ha convertido en una figura verdaderamente carismática, un rompehielos que lleva detrás de sí un montón de gente que comparten su actitud y obsesión: a los actores de “Koliadá-teatro” fundado en 2002… a los dramaturgos y escritores jóvenes a los que “cultiva” en el Instituto Teatral donde lleva seminarios de creación literaria… al equipo de la revista literaria “Ural” que encabeza desde 1999… Algunos de sus alumnos son ya autores de teatro conocidos, como es el caso de Oleg Bogáiev o Vasili Sígarev. Gracias a él se habla incluso de la “escuela dramatúrgica de los Urales”, de hecho parece que es la única que hay hoy el día en Rusia.
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