Otra historia acerca de una española de Norilsk me la contó Anatoli Belyaev. Siendo él muy jovencito llegó a Norilsk cuando acababa de abrirse una escuela profesional y se convocaba allí a estudiantes. El camino a Norilsk resultó muy accidentado, Anatoli llegó con retraso, las clases habían empezado y no le aceptaron en la escuela, pero se quedó en la ciudad. Allí conoció a Alexander Prokopenko y al amigo de este, Alexander Mijáilov.
“La mujer de Mijáilov era una española muy llamativa. Se llamaba Clarita. ¿Cómo la puedo describir? Hace falta el pincel de un pintor con talento. Era alta y bella, con grandes y expresivos ojos. Los Mijáilov tenían una hija, Svetlana, que era una copia de su madre pero que además sabía cantar.Tenía una voz impresionante, potente, no le hacía falta ningún micrófono. Al cantar arias clásicas ¡tintineaba la lámpara en el techo! Cuando había invitados, a veces pedían que cantara. No siempre aceptaba, porque su voz y su repertorio no resultaba apropiado para las sobremesas. Circulaban rumores que el padre de Svetlana, un español de la Internacional Comunista, había sido fusilado. Era evidente que Clarita tampoco había venido a Norilsk por su voluntad.
Svetlana, al terminar el instituto, se marchó a Moscú para ingresar en el Conservatorio Superior. Estudió con un músico célebre. Se casó con un médico militar. No conozco su destino posterior. Aunque frecuentaba nuestra casa en Moscú, hacer preguntas (¿cómo se encontró en Norilsk su madre? ¿quién era su padre? ¿cómo Clarita conoció al recluso Mijáilov?, etc.) no estaba bien visto en aquellos tiempos, no solo era indeseable sino incluso peligroso. Sé de oídas que cantaba en el teatro y que allí se enamoró. El marido hizo intentos por salvar la familia pero no supo oponerse al amor apasionada de la española. Svetlana lo esquivaba. ¿Pudo volver a España? Corrían tiempos en los que gente perdió la costumbre de preguntar unos a otros, de contar cosas propias… tal vez solo a los más cercanos…”
Ahora veamos un artículo en el periódico local de Norilsk de 24 de julio de 1999, que se titula “TRAGEDIA ESPAÑOLA”. Su autora, Svetlana Ebedzans, directora del Museo de Norilsk, escribe:
“En una ocasión me mandaron desde mi trabajo a investigar los fondos especiales del archivo del ministerio del Interior de la región de Krasnoyarsk [a esta región pertenece Norilsk aunque está mucho más al norte de la ciudad de Krasnoyarsk] y estuve examinando el archivo de extranjeros que habían sido “espías”, “terroristas”, “enemigos del pueblo”. Entre más de mil apellidos mi mirada topó con estos: Francisco Arroyo Cervantes, José Ascusta Echevarría, José Plata Loira, Diego Navarro Martínez, Martínez Aldrias, Julio Martínez Berros... [los nombres de los españoles pueden contener errores]
Me tembló la mano apuntando esos nombres hermosos, sonoros. En ellos, en las mismas palabras se oía libertad, amor a la vida, el temperamento español, y costaba imaginar que fuertes, morenos, apuestos españoles hubieran tenido que morir en NorilLAG. Lo único que pude averiguar por aquel entonces fue lo siguiente: llegaron a Norilsk en octubre de 1941 y en seguida murieron los seis. Al término de mi viaje de trabajo, tuve que volver a Norilsk”.
Pero Svetlana Ebedzhans tuvo suerte y tuvo ocasión de enterarse de más detalles. Y es que el profesor de Historia del instituto Nº 28, Serguéi Vólkov en el proceso de escribir su tesis sobre la historia de la ciudad de Norilsk en los años 1930-50 tuvo acceso a los archivos de Interior de la región de Krasnoyarsk. Svetlana cuenta en su artículo lo que él consiguió aclarar:
“Los seis españoles resultaron ser marinos de la flota española, antifascistas. El que mayor grado tenía (de capitán de Artillería) se llamaba Cervantes, tenía 45 años. He aquí los nombres de las naves donde servían: “Cabo San Agustín”, el vapor “Juan Sebastián Elquero”, “C. Tomá” [en dos últimos casos se refiere a los navíos de transporte militarizados, “Juan Sebastián Elcano” y “Cabo Santo Tomé”]. En esos barcos llegaron los seis a Odesa en 1937 sin sospechar que acabarían en los campos soviéticos. En el expediente de cada uno de ellos hay una frase que se repite: “Habla solo español”. Todos procedían de familias obreras, tenían estudios primarios, solo Cervantes contaba con 10 años de estudios. Su familia era la más numerosa, seis hijos y la mujer que se llamaba Carmen, que en vano esperaron su vuelta. En lo que respecta a su edad, Cervantes era el mayor, el más joven (24) era Diego Navarro Martínez (de este está escrito que quiso incorporarse al frente pero llegó tarde a embarcar en Feodosia y se quedó en la URSS).
Durante un tiempo trabajaron en Odesa, viviendo en la calle Chkalov, 31. Uno de ellos trabajó en Rostov en una fábrica de maquinaria como cerrajero. Ninguno quería quedarse en la URSS, deseaban volver a España o dirigirse a México. Naturalmente eran sometidos a vigilancia y controlados, constantemente daban motivos para denuncias: “Comete actos de gamberrismo, censura el régimen soviético y a los rusos”. “En el Club Internacional se pone en contacto con extranjeros para entregar cartas para España”. “Se niega categóricamente a trabajar”. José Ascusta Echevarría incluso solicitó ingresar en el ejército inglés, es “anglófilo”…
Cuando empezó la guerra contra Alemania, en los expedientes de los seis españoles apareció el siguiente apunte: arrestados por orden del comisario del pueblo [ministro] del Ministerio del Interior de la URSS, Beria y deben permanecer en NorilLAG hasta nueva orden. Esto significa que el 27 de junio para cada uno de ellos empezó un largo y agotador camino a Siberia donde fueron enviados sin juicio ni expediente alguno. No tuvieron posibilidad de sobrevivir. El primero murió en seguida, poco después de haber llegado a Norilsk, en noviembre, el sexto y último, el 1 de enero de 1942.
¿Qué pasó con aquellos barcos en Odesa? ¿Había más españoles en Norilsk? ¿Cuántos fueron arrestados en Odesa? Esta historia todavía no está totalmente estudiada y espera su investigación”.
Así termina su artículo Svetlana Ebedzhans.*
Desgraciadamente hay poca información sobre los españoles que pasaron por el GULAG, en el Memorial Internacional en Moscú y en el Centro Sájarov [Museo y Centro social, uno de cuyos objetivos es conservar la memoria de las víctimas de las represalias políticas en la URSS]. Esta es la información de la que disponen allí (los nombres trascritos del ruso, puede contener errores):
José Ventimilla-Fernández. Nació en 1915 en Valencia. Tornero. Vivió en Vilna, C/Cracovia, 9ª, piso 9. Arrestado el 31 de enero de 1948, condenado por el Consejo Especial del Ministerio de Seguridad Estatal de la URSS el 26 de junio de 1948 (según “Memorial”; en 1946 según el Centro Sájarov) por el artículo 58-10, parte 1 a 10 años de campos de trabajo. Por resolución del Comité Central de 14 de febrero de 1955 el caso se cerró. Puesto en libertad el 14 de agosto de 1955. Se decidió su repatriación. Fuente: “Memorial”, Moscú.
Diego Navarro Martínez. Nació en 1917, español. Vivió en Ucrania, Odesa. Arrestado el 27 de julio de 1941. Fuente: “Memorial” de Krasnodar.
Orrik, Piotr Ernéstovich, español. Nació en 1891 en la aldea Ilyínskoye, comarca Troizk, región Západnaya (“Occidental”). Antes del arresto vivió en el pueblo Voronija comarca Bereznikí región Uralskaya. Arrestado el 3 de julio de 1931. Acusado de propaganda antisoviética. Condenado a 5 años de prisión. Fuente: el Libro de Memoria de la región de Perm.
Poal, Jan Mijáilovich, español. Nació en 1873 en provincia de Livonia (Letonia). Estudios primarios, no militante, zapatero. Vivió en la ciudad de Usolie provincia de Irkutsk. Arrestado el 1 de julio de 1920. Acusado de haber cometido un crimen contrarrevolucionario por la Checa el 9 de julio de 1920. Posteriormente cerraron el expediente. Expediente Nº4/49. Fuente: Libro de Memoria de la región de Irkutsk.
José Cirones, Leov (Iosif Granin). Nació en 1914 en España, Reus. Recluso del campo del Ferrocarril Norte de la NKVD. Vivió en la república Komi. Arrestado el 29 de enero de 1940, acusado de la actividad antisoviética. Sentenciado el 2 de julio de 1940 a 8 años de reclusión. Condenado por segunda vez el 19 de noviembre de 1941, por el artículo 58-14 del Código Penal a 10 años de reclusión. Fuente: Libro de Memoria de la república Komi.
Domingo Mieites García. Nació en 1910, A Coruña. Estudios primarios. Vivió en la provincia de Atyrau (Guriev) en Kazajistán. Arrestado el 2 de marzo de 1944. Condenado por el Juzgado regional, artículo 58-14 del Código Penal, a 10 años de trabajos forzados. Rehabilitado el 14 de enero de 1993, según decreto del Presidente de la URSS de 13 de agosto de 1990. Fuente: datos de la Seguridad Nacional de Kazajistán.
Pedro Cepeda Sánchez. Nació el 15 de septiembre de 1922 en Madrid. Trabajó en la embajada Argentina, secretario traductor. Arrestado el 3 de enero de 1948. Condenado el 7 de agosto de 1948 por el Tribunal militar del distrito militar de Moscú por intento de huida al extranjero. Cumplió condena en el campo de Karagandá (Kazajistán), liberado el 23 de junio de1956. Murió en 1985 en Madrid. Fuente: Archivo del Memorial Internacional.
El húngaro Bela Irani, médico de profesión, escribe en sus memorias acerca de los seis años que pasó en los campos de Norilsk:
“He pasado un aprendizaje que no me hubiera podido proporcionar ninguna universidad del mundo… En el campo pude apreciar que la Unión Soviética reunía allí gente de todas las nacionalidades, al igual que un coleccionista reúne sellos. La diferencia era que allí reunían personas. Encontré a un español a quien habían traído a la URSS de niño junto al fondo de reserva de oro del Banco Nacional Español. Estuvo aquí un primo menor del jeque de Irán que fue secuestrado durante un motín por una unidad militar soviética. A principios de los 50 se lo llevó de Norilsk a una dirección desconocida una delegación de Moscú. Conocí a unos marineros estadounidenses a los que habían detenido durante una pelea en una taberna de Múrmansk. A veces los órganos de seguridad conseguían secuestrar a algún guardia de frontera finés, algún pescador japonés o coreano. En la colección cayeron varios chinos, coreanos, manchús. En el campo se oía alemán, italiano, polaco, eslovaco, checo, húngaro, rumano, los idiomas de los reclusos ucranianos, estonios, lituanos y letones… El chófer personal de Hitler se sentaba al lado y comía su sopa de col… Tuve la impresión de encontrar reunido en el campo a todo el mundo”.
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Galina Kasábova es investigadora de historia de Norilsk y editora de doce libros de recopilación de documentos y memorias sobre Norilsk titulado: “Sobre la época, sobre Norilsk, sobre nosotros”.
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* A esta información pueden añadirse fuentes españolas como la tesis doctoral “Republicanos españoles en el Gulag (1939-1956)” de Luiza Lordache publicada en 2007, el libro «Españoles en el Gulag. Republicanos bajo el estalinismo» de Secundino Serrano (2011), «También se vive muriendo» de Pitusa Sánchez-Ferragut (2011) basada en los recuerdos de Ramón Sánchez-Ferragut, marinero que pasó por Norilsk, etc. En el conocido libro de Torcuato Luca de Tena "Embajador en el infierno" (1955) se dice de 45 marineros que estuvieron en Norilsk, 8 de ellos murieron en los primeros tres meses. El autor da sus nombres:
Francisco Arroyo
José Ascueta
Eusebio
Enrique Martínez
Julio Martínez
Rosendo Martínez Ermo
Navarro
José Plata.
De los barcos se sabe que el “Cabo Santo Tomé” fue hundido cuando se dirigía con un cargamento de la URSS a España y que el “Cabo San Agustín” se lo quedaron los rusos rebautizándole con el nombre de “Dniepr”, según información que se encuentra en internet. Todavía no están bien contrastadas las fuentes rusas y las españolas.